IGLESIA DE CRISTO EN ACAPULCO
Av. Rancho Acapulco
¿Qué debo hacer para ser salvo?
Estimado lector, ¡Esta es la pregunta más importante que una persona pueda hacerse en su vida! La Biblia nos enseña todo lo que es necesario que usted haga para tener la salvación y con esto una esperanza de vida eterna con Dios. Le invitamos a analizar y reflexionar sobre las siguientes verdades bíblicas:
La Biblia enseña que el pecado es una infracción de la ley de Dios: “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley” (1 Juan 3:4); “si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” (1 Juan 1:8).
Todas las personas que conocen la diferencia entre el bien y el mal han pecado, y nuestros pecados nos separan de Dios: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23); “pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:2).
El castigo por el pecado es la muerte: “porque la paga del pecado es muerte…” (Romanos 6:23); “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12); “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Juan 8:24).
Pero Dios nos ama y no quiere que seamos condenados por nuestros pecados: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8); “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito (Cristo Jesús), para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Por tanto, Dios nos ha enviado un salvador para que seamos perdonados: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre (Jesucristo) bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Dios envió a su hijo unigénito Jesucristo, para que muriera por nuestros pecados: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Juan 4:10). Él sufrió en la cruz por nuestros pecados para que podamos ser perdonados “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24).
Ahora bien, Jesús dijo: “… Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Marcos 2:17); “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:17).
Es por esto que, Jesús envió a sus apóstoles a predicar el evangelio a toda criatura en todas las naciones: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15).
¡La salvación está en Jesús! él dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será SALVO; mas el que no creyere, será CONDENADO” (Marcos 16:16).
¿Cómo puede usted llegar a creer y ser bautizado?
Para que usted pueda llegar a creer en Jesús, primero debe OÍR el Evangelio de Jesús. La Biblia enseña: "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17); “Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras” (Hechos 2:14); “Al oír esto (el Evangelio de Jesús), se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿Qué haremos?” (Hechos 2:38).
El apóstol Pablo escribió: “Además os declaro, hermanos, el evangelio (Evangelio de Jesús) que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que así mismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce” (1 Corintios 15:1-5)
Por tanto, uno debe oír y recibir el Evangelio para que pueda creerlo: “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados...” (Hechos 2:41)
Después de oír el Evangelio, debe CREER que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, el salvador del mundo: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:18); “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Juan 8:24).
El carcelero de Filipos preguntó a Pablo y a Silas: “…les dijo: Señores ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa” (Hechos 16: 30,31).
Uno llega a creer en Jesucristo cuando oye la Palabra de Dios, esta es la razón por la cual es tan importante que el Evangelio sea predicado al mundo entero (Marcos 16:15).
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Cuando usted crea en Jesucristo, debe reconocer también que el pecado que tiene en su vida es una carga que le impide servir a Dios; es por esto, que se tiene que ARREPENTIR de las malas obras de su vida (pecado), pedir perdón a Dios y llevar a Jesús todo pecado para ser limpiado: “Venid a mí (Jesús) todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
Usted debe arrepentirse de sus pecados para ser salvo: “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30); "y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén” (Lucas 24:46,47); “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados;…” (Hechos 2:38)
Cuando uno se arrepiente, se aleja del pecado, y demuestra que se ha arrepentido haciendo buenas obras: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (Mateo 3:8).
También, usted debe CONFESAR que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, el apóstol Pedro dijo: “… Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16). El apóstol Pablo escribió: “Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Ésta es la palabra de fe que predicamos: Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:8-10). Cuando Felipe predicó de Jesús al eunuco etíope, el eunuco respondió: "… Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios" (Hechos 8:36,37).
Usted se debe de BAUTIZAR (sumergir en agua) para ser salvo. Jesús dijo: "El que creyere y fuere bautizado, será salvo" (Marcos 16:16); “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38); “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas” (Hechos 2:41); "Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó." (Hechos 8: 36-38).
Cuando se bautice, usted será una nueva criatura (2 Corintios 5:17) y el Señor lo añadirá a su iglesia “La iglesia de Cristo” (Hechos 2:47, Romanos 16:16); la ÚNICA iglesia que Jesús prometió edificar (Mateo 16:18). Su iglesia no es una denominación, sino un cuerpo (conformado por personas) en el cual deben venir todos los que quieren ser salvos en la eternidad (Efesios 1:22,23; Efesios 5:23; Colosenses 1:18). Sólo aquellos que obedecen el Evangelio y se convierten al Señor bautizándose, son llamados “cristianos” (Hechos 11:26).
Venir a la salvación en Cristo Jesús es sólo el comienzo. Una vez que una persona ha sido bautizada, entonces comienza una nueva vida como hijo de Dios, una vida en fidelidad a Dios y a Cristo. Jesús dijo: "Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida" (Apocalipsis 2:10). Este proceso de "permanecer fiel" consiste en PERSEVERAR, “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2:42); viviendo una vida santa (apartada del pecado), en servicio obediente a nuestro Señor y salvador, Jesucristo “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).