IGLESIA DE CRISTO EN ACAPULCO
Av. Rancho Acapulco
Le invitamos a conocer: "La iglesia de Cristo"
Amigo lector, Acaso ¿Le tienen confuso las muchas iglesias que existen en el mundo religioso hoy en día? ¿No sabe cuál de ellas predica la verdad? ¿Tal vez pertenece a una, pero observa en ella prácticas que le preocupan? ¿Se desanima por las divisiones, contiendas, engaños, hipocresía, mercadería y contradicciones que se dan entre ellas?
Lamentablemente, la realidad es que hoy en día en el ámbito religioso existen muchas iglesias diferentes en práctica y doctrina; esto confunde y preocupa a las personas, lo que ocasiona que se alejen más de Dios; seguramente, usted se ha preguntado ¿Cuál es la verdadera iglesia?
Por favor ¡No se desanime!, en realidad no es tan difícil encontrar la iglesia de Dios. La Biblia nos enseña cuál es la iglesia verdadera, tome su biblia (si cuenta con una), le invitamos a estudiar y reflexionar sobre las siguientes verdades bíblicas:
· La iglesia no tiene un nombre o denominación sino que es una pertenencia, la iglesia le pertenece a Cristo, Jesús dijo: "… y sobre esta roca edificaré mi iglesia…" (Mateo 16:18); El Señor Jesús NO fundó muchas iglesias, sino solo UNA.
· La iglesia es de Cristo, porque él la compró con su sangre: “…para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Hechos 20:28).
· Los primeros cristianos que pertenecían a la iglesia se saludaban por cartas, el apóstol Pablo escribió una carta a la iglesia que estaba en Roma y dijo: “Saludaos los unos a los otros con un ósculo (beso) santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo” (Romanos 16:16).
· La iglesia está integrada por personas y Cristo las añade a su iglesia para que sean salvos: “alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2:47).
· La iglesia no es un edificio, es un grupo de personas que juntos forman el cuerpo de Cristo: “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” (1Corintios 12:27); Cristo es la cabeza de su iglesia: “… así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él su Salvador” (Efesios 5:23).
¿Le gustaría conocer a esta iglesia que no es inventada por hombres? ¿Una que es como la que Cristo estableció? ¿Será posible que exista en este tiempo? ¿Por qué no? Los planos para su edificación y establecimiento, tal como fueron concebidos en la mente de Dios, están plenamente revelados en la Biblia. Cuando fieles hombres los implementan, no importa el lugar o el tiempo, se establece la iglesia verdadera aprobada por Dios, bíblica y autentica.
Querido lector, aunque usted no haya conocido hasta ahora tal iglesia, en la actualidad existen miles que han sido establecidas en casi todas las naciones:
La iglesia de Cristo, es estrictamente bíblica en doctrina, organización, culto y vida espiritual. Le invitamos a considerarla imparcialmente.
¿EN LA BIBLIA CÓMO SE IDENTIFICA LA IGLESIA?
Las iglesias establecidas en cualquier lugar se identifican como IGLESIAS DE CRISTO: "…las Iglesias de Cristo os saludan" (Romanos 16:16). Y los miembros de la iglesia se llaman simplemente CRISTIANOS “Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía (Hechos 11:26).
¿QUÉ ES EN LO QUE CREE Y PERSEVERA LA IGLESIA DE CRISTO?
Creemos que Dios es el Señor creador del cielo y de la tierra (Hechos 17:24); que por amor al mundo pecador, envió a su unigénito hijo Cristo Jesús para salvarnos de la condenación eterna (Juan 3:16,17). Todo aquel que se convierte al señor es añadido a su iglesia en la cual debe perseverar hasta el fin (Hechos 2:36-47).
La biblia nos enseña que los miembros de la iglesia de Cristo deben:
PERSEVERAR EN LA DOCTRINA DE CRISTO
La iglesia de Cristo, persevera en la doctrina de Cristo, guardando los mandamientos establecidos en la biblia “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, éste sí tiene al Padre y al Hijo” (2 Juan 1:9). Creemos que la Biblia, es el único libro inspirado por Dios “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia…” (2 Timoteo 3:16,17). Y hablamos únicamente conforme a las palabras de Dios “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios… (1 Pedro 4:11).
ADORAR A DIOS
Si nos visita (y lo puede hacer en cualquier ocasión, sin compromiso alguno), observará que adoramos "en ESPÍRITU y en VERDAD" (Juan 4:24). No encontrará ningún desorden, ni alboroto, ya que nos sometemos al mandato de Dios: "pero hágase todo decentemente y con orden" (1 Corintios 14:40). Hombres fieles y de buen testimonio dirigen los cultos. En cuanto a las Mujeres, Dios ha ordenado: "… Como en todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las congregaciones…" (1 Corintios 14:33-34) y también añade: "Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre…" (1 Timoteo 2:12). Por lo tanto, en los cultos de la iglesia de Cristo las mujeres no dirigen, ni predican. Dios les ha asignado otras tareas igualmente importantes.
ORAR
Oramos al Dios y Padre celestial en el nombre de su Hijo Jesucristo “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo” (Juan 14:13); Hacemos rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias: "Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres" (1 Timoteo 2:1).
No oramos todos a la vez en voz alta. Tal acción causaría mucha confusión y desorden. Más bien, siguiendo la enseñanza bíblica “pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos” (1 Corintios 14:33); y también : “pero hágase todo decentemente y con orden” (1 Corintios 14:40); un miembro de la iglesia (cristiano) dirige la oración, los demás miembros escuchan con entendimiento y al final de la oración todos confirman diciendo “Amén”.
CANTAR
Aunque le parezca cosa extraña, las iglesias de Cristo que los apóstoles establecían en el mundo, no usaban ningún tipo de instrumentos de música en su culto de adoración a Dios. Cuando los cristianos se reunían para adorar a Dios, seguían el mandamiento que solo es cantar: "… cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento" (1 Corintios 14:15); "hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones" (Efesios 5:19); "… cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales" (Colosenses 3:16).
Si al mandamiento “cantar” se le añade "tocar" (instrumentos), sería alterar el mandamiento específico de Dios. Por lo tanto, en la adoración y alabanza a Dios, quedan excluidos guitarras, pianos, panderos, flautas, órganos, baterías o cualquier otro instrumento musical. Cuando Dios pide "cánticos espirituales", esto excluye también los géneros de música como: rock "cristiano", rap, reguetón, salsa y otros tipos de ritmos que estimulan a la carne, pero no tienen nada de espiritual.
Textos del antiguo testamento sobre la música, tales como el Salmo 150, no están en vigencia, ya que dicho testamento fue quitado de en medio y clavado en la cruz (Colosenses 2:14). La iglesia de Cristo adora según los mandamientos del nuevo testamento, no conforme a los del viejo (Hebreos 8:6-13).
OFRENDAR
Los cristianos ofrecemos una ofrenda a Dios de forma voluntaria el primer día de cada semana conforme hayamos prosperado: “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado…” (1 Corintios 16:1-2).
Además, dice: "cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre" (2 Corintios 9:7). En cuanto a la administración de esta ofrenda se lleva a cabo honradamente delante de Dios y de los hombres (2 Corintios 8:20-21).
Al asistir a un servicio de la iglesia de Cristo, no se le cobrará nada, ni se le ofrecerá en venta artículo religioso alguno. Evitamos ser como los que hacían del templo de Dios una "casa de mercado" (Juan 2:13-17) o "cueva de ladrones" (Mateo 21:12,13). No se debe hacer mercadería en la iglesia de Dios (2 Pedro 2:1-3). No vendemos revistas, ni libros, ni discos o pañuelos ungidos, etc. Tampoco exigimos los diezmos, ya que la ley de diezmar fue una ley que Dios dio al pueblo de Israel, pero dicha ley fue anulada por Cristo para darnos una nueva ley (nuevo pacto) con mejores promesas (Hebreos 7:12; 8:13; 9:15).
PARTIR EL PAN
Cada primer día de la semana (Domingo), en la iglesia de Cristo, celebramos y recordamos la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo por medio de partir y comer el pan sin levadura y tomar el jugo del fruto de la vid (uva), los cuales son el “cuerpo” y la “sangre” de Cristo (Mateo 26:17-28). ¡Ésta práctica es bíblica y verdadera! Los primeros cristianos perseveraban en el partimiento del pan (Hechos 2:42). ¿Qué día lo hacían? "El primer día de la semana (Domingo), reunidos los discípulos para partir el pan…" (Hechos 20:7). Otros textos tales como (1 Corintios 10:16-17 y 1 Corintios 11:23-34), enseñan cómo se debe celebrar la cena. También Jesús enseñó el significado y la importancia de este mandamiento en (Juan 6:48-56).
¿CÓMO PUEDE SER USTED AÑADIDO A LA IGLESIA DE CRISTO?
Estimado lector, la importancia de que usted sea añadido a la iglesia de Cristo consiste en que en la iglesia están todas las personas que han de ser salvos: “… Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2:47). Para que usted también sea añadido, solo tiene que obedecer lo que Cristo mandó "…el que creyere y fuere bautizado (sumergido en agua), será salvo" (Marcos 16:16). Lo mismo enseñó el apóstol Pedro: "…Arrepentíos, y bautícese (sumergir en agua) cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para el perdón de los pecados…" (Hechos 2:38). Al obedecer este mandato, usted será añadido por el Señor Jesús a su iglesia: “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas” (Hechos 2:41).
"Ahora, pues, ¿Por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre" (Hechos 22:16). "Sed salvos de esta perversa generación" (Hechos 2:40). "Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas" (Hechos 2:41).